Presentación

escudoluzesanto

Cuando el hielo se aferra a las rocas… qué belleza, qué espectáculo.

Venía de Burgos, y viajaba a media mañana… los rayos del sol tímidos y llenos de invierno chocaban contra el blanco de la nieve a lo largo del camino… blanco en sus costados, blanco en las montañas, árboles que nada dejaban imaginar que alguna vez tuvieron hojas verdes… recubiertos de blanco luminoso por todas partes… crismas de navidad.

Avanzaba el bus y llegando a la sierra la nieve dejaba su rastro por doquier, pero de golpe vi el hielo que parecía cosido a la pared vertical, aferrándose por no caer, defendiéndose de los rayos que querían deshacerlo, tímido y humilde, a veces un buen pedazo, otras ya tan chiquito…

Poco quedaba del blanco refulgente de la nieve, porque al helarse, una tonalidad grisácea salpicaba su blancura, sin dejar caer ni una gota por miedo a desaparecer. Un buen rato en la sierra se fueron sucediendo esos pedazos de hielo que sin miedo a la gravedad se aferraban a la grieta de la vieja roca, ya tan redondeada, tan gastada… bello espectáculo.

Y yo pensaba…parecen enemigos el agua helada, y el sol que se yergue unas horas, sin alcanzar el zenit; cae el termómetro tanto que ese agua, que se atreve a cantar saltarina en aquella otra estación tan bondadosa y llena de vitalidad, es ahora frío gélido que guarda escondidos a muchos animales…

Parecen enemigos y sin su conjunción no habría podido contemplar ese impresionante espectáculo.

Se necesitan, se siguen, se acechan casi… uno vencerá un día y el otro tomará la revancha a las pocas horas… y así me pregunto ¿son enemigos o juegan siguiéndose?

Hoy pienso que la naturaleza nos va enseñando tanto…

Recia fortaleza hace falta cuando el frío humano se acerca. Nos protegemos y buscamos el sol, de quienes nos caldean el corazón. Y la vida se esconde justo ahí, donde se unen el recio frío y el agua que lo adhiere… y también donde el calor acrecienta la vida y la madura… ¿son enemigos o juegan siguiéndose?

¿Quién puede despegar el hielo sin que muera? Déjalo un rato más, déjalo que se adhiera y después… otro día, el verde nacerá sobre la roca, habiendo abandonado el hielo y el gélido viento la pared de la sierra.

Si presurosa pienso que la roca sufre con ese enemigo helado en sus lomos, y lo arranco bruscamente, quizá no pueda nacer mañana aquella verde planta, juguetona con el sol que victorioso, invade el ancho espacio de la roca largas horas.

(Luciérnaga)

El camino de la santidad 

Creo que los santos te pueden ayudar en este camino. Yo no conozco mucho de ellos, pero lo suficiente para que me sostengan en la lucha.

Y no hay santo que desconozca, en su propia piel el combate del bien y del mal, la lucha y la contradicción, que no sufra la incomprensión y la envidia…

Así que además de leer algo sobre el bien y el mal, toma la vida de uno cualquiera y tendrás en carne y hueso, algo que Jesús está regalándote. Sin ese combate, no llegamos a ser santas. Es seguro.

Y me venía S. Pablo. Si coges los hechos de los apóstoles y después las cartas de S. Pablo verás la lucha de un hombre de carne y hueso.

Él sufre mucho cuando sus hermanos judíos no quieren convertirse, abrirse a la verdad del evangelio, y lo persiguen, lo azotan, lo apedrean… y no quisieron los judíos, hasta hoy. Qué fuerte para Pablo, y así les dice: si no queréis, os dejo, yo me dirijo a los gentiles.

Y creo que cuando escribe “hago el mal que no quiero y no el bien que quiero” yo también veo que pudo ser dentro de esta contradicción. Porque no es fácil seguir amando cuando se recibe rechazo o…

Y cuando dice “tenía una espina que no podía…” y eso bien puede ser que el sentimiento –que en Pablo, con fuerte carácter- era indómito-, se rebelaba por dentro contra su deseo de amar sin límites a lo que Jesús le invitaba.

Pablo llegó a separarse –y no en buenos términos- de Bernabé, quien le inició en el camino como apóstol y le ayudo durante mucho tiempo. Y echó fuera a Marcos, porque tenía miedo y no estaba a su altura.

Este Pablo tan controvertido… que mucho es amado y temido, admirado y despreciado… este Pablo es San Pablo. Y Jesús nos dice… gracias a todo lo que pasó, se convirtió en lo que hoy es. Y ejemplo para todos los creyentes. Nada perfecto, sólo un discípulo en camino en el que Jesús ganó, porque un día ya pudo escribir sus propias bienaventuranzas… en el discurso del amor (si yo hiciera… si no tengo amor…). Le veo entre lágrimas, darnos su propio resumen. Porque muchísimo se esforzó y luchó y explicó… y nos dice la conclusión de su corazón.

Ese himno, a rezar cada día, y a bendecir a cada persona cada día con él…

(Luciérnaga)

El corazón del Carisma